TREN FANTASMA: APUNTES SOBRE UNA BANDA
DE GARAGE SIXTIES LIMEÑA EN 1991
Escribe: Roberto Gagliardi
DE GARAGE SIXTIES LIMEÑA EN 1991
Escribe: Roberto Gagliardi
La historia de Tren Fantasma comienza a rodar allá por el año 1991. Cuando realizaba (es inevitable el uso de la primera persona para desarrollar la presente narración, permítaseme la ligereza) estudios en la Facultad de Letras de la PUCP en la especialidad de Arqueología, allí conocí a Ricardo García (hoy radicado en Berlín, Alemania) trabamos amistad, él al poco tiempo me comentó que tocaba la guitarra y que tenía intenciones de formar una banda, le dije que yo tocaba la batería, así que quedamos en ensayar un día en su casa de Santa Beatriz.
Para el ensayo llevé mi batería Roxy alemana de color rojo con escarchado plateado, años después me enteraría que había pertenecido al ‘Loco’ Gadea, primer baterista de los Mad’s, en el parche del bombo aún se podía leer: The 4 Mad’s; yo compré esa batería en una casa situada en Miraflores allá por el año de 1982, cuando tenía dieciocho años gracias a un obsequio que me hizo mi abuela materna. El dato de la venta me lo proporcionó un buen amigo llamado Rafael Flores Estrada, él fue también quien me entregó el primer par de baquetas profesionales que usé, recuerdo que después de haber comprado la batería nos fuimos a celebrar tomando un buen lonche. La batería costó tres mil soles, una suma elevada, era como algo de trescientos dólares, un buen precio por aquella época, donde había muy poco para escoger, con otros buenos amigos formamos la agrupación Unos Patas (1982-1985) con quienes venimos ensayando nuevamente desde el año 2000 hasta la fecha.
Volviendo al Tren, hacia 1991 con Ricardo: Guitarra y voz, ensayamos primero los dos solos, contando con un pequeño amplificador; para el segundo ensayo él quedó en pasarles la voz a dos amigos, así es que conocí a Diego García: Teclado, guitarra y voz (posteriormente integrante de Manganzoides, los Farvox, los Fiats, Sandra y los Covermods, entre otros) y Martín Morales: Guitarra y voz (hoy en Colombia, donde continúa haciendo garage con su banda Los Neuronas). Con ellos empezamos a tocar covers y también desde un inicio a improvisar. Particularmente me gustaba sentir la sencillez, la fluidez y la fuerza en los ensayos. De entre los que recuerdo, hacíamos covers de los Rolling Stones, Stooges, Chuck Berry, Beatles, Electric Prunes, Velvet Underground, entre otros.
Luego conocería a Daniel Del Castillo, excelente compositor, tecladista, baterista, cantante y guitarrista, lamentablemente fallecido por voluntad propia a finales de la década del noventa y también a Arturo Vigil quien a la postre se encargaría de tocar el bajo por puro corazón y ganas de hacer la diversión completa.
De las reuniones-ensayo en casa de Ricardo pasamos a tocar en la casa de Pino Risica en Miraflores en la Av. Benavides, lo hacíamos en la azotea dentro de una especie de galpón con techo de calamina. Hoy en día dicha casa es una agencia del Citybank.
Al poco tiempo Daniel se alejaría por un problema suscitado con Ricardo y pasó a formar su propio proyecto: Atrabiliarios, con Diego y Martín; con ellos dos paralelamente, pero sobretodo con Diego y Arturo, continuamos desarrollando Tren Fantasma junto a Ricardo.
Después comenzamos a acudir a diversas salas de ensayo; transcurría el año de 1992, frecuentábamos “Beto el Locutor” y “Sifuentes” en el distrito de La Victoria y por supuesto íbamos a “Fílderes” al costado de la Universidad Cayetano Heredia en San Martín de Porras, en este último lugar siempre nos sentimos muy cómodos, nos atendían muy bien, cuando tomábamos un descanso nos alcanzaban una jarra de refresco y una bandeja repleta de galletas, realmente una delicadeza que no se ve así nomás en estos tiempos.
Recuerdo que para cuando íbamos a “Fílderes” ya nos hacíamos llamar Tren Fantasma; a mí me divertía el hecho de que cuando llegábamos y nos preguntaran por el nombre del grupo para anotarlo en el recibo, apuntaban Tres Fantasmas, a lo que agregaba ¡pero si somos cuatro! Y luego hacían la corrección. Ninguno de nosotros recuerda exactamente cuando queda definido el nombre de la banda, personalmente barajé dos alternativas: Colectivo Fantasma y Creciente Fértil, pero fueron desestimadas, hasta que Diego García propuso Tren Fantasma como un homenaje a las ferias populares donde había un juego que consistía en subirse a un pequeño vagón descubierto sobre rieles que hacía un recorrido al interior de unas tenebrosas y terroríficas situaciones prefijadas. Todos estuvimos de acuerdo.
Los ensayos por lo general los hacíamos por las noches y donde hubiera fluido eléctrico, pues por esos días se vivía una convulsión terrible en todo el país; recuerdo que a veces salíamos a la Panamericana Norte en San Martín de Porras después de ensayar a eso de la media noche y había muy poco transporte público, no teníamos para taxi, todos juntábamos lo poco que podíamos para cubrir los gastos de la sala y no quedaba para más. Desde la Panamericana íbamos por lo general hasta la Av. Brasil y de allí caminábamos todos juntos, para irnos separando. Ricardo se dirigía a Santa Beatriz, Diego y Arturo a Lince y yo hacia San Isidro. Sentía que éramos como un tren que atravesaba las calles casi desiertas a la una de la mañana de un miércoles cualquiera.
Nosotros siempre grabábamos los ensayos, pues eran covers que interpretábamos libremente y composiciones improvisando, con bases o sin ellas, en donde la verdadera brillantez radicaba en un fluir libremente en conjunto. Nunca llegaríamos a tocar en público, ni lo planteamos como meta en momento alguno. En realidad experimentábamos y ello de por sí nos divertía y nos llenaba. Quizá hacer eso mismo sobre un escenario hubiera sido una experiencia mucho más enriquecedora, pero por lo menos nos quedan las grabaciones que cada uno atesora.
El Tren Fantasma era diversión pura, en donde se mezclaba el salvajismo con la sutileza, la astucia y la libertad de acción; nada de virtuosismos o guiones prefijados, cada quién tenía su espacio ideal en libertad para explotar, dependía de cada uno que tan lejos se quería llegar. Una vez escuché decir a Diego que Tren Fantasma se parecía a unos niños que entraban corriendo a su cuarto de juguetes, creando un gran alboroto, nada más preciso que aquello.
En 1994 tuve que abandonar al grupo por problemas de salud y en mi lugar ingresó Rafael Euribe para tomar la batería, quien además tocaba el bajo, así continuaron hasta 1996. Posteriormente Ricardo se iría a vivir a Berlín, Rafo partiría a los Estados Unidos, Diego pasaba a integrar Manganzoides y Arturo se dedicaría a sus proyectos en torno al periodismo. Posteriormente Diego grabaría en 1999 un casete llamado Tren Fantasma como homenaje a nuestra banda en la que incluía clásicos temas de los sesentas y a su vez tocaba casi todos los instrumentos en dicha producción.
En el verano de 2001 volvimos a juntarnos, contando con el apoyo de Javier Fernández en bajo (integrante del grupo Rabioso), Diego en teclado Farfisa y voz, Ricardo guitarra y voz y quien escribe en batería; grabamos en el estudio Vituchi de Breña: “Lupe vuelve a casa” (Paul Revere & the Raiders, letra en español de los Shain’s) y “Strychnine” (Sonics).
Nuevamente cuando Ricardo vino de Alemania en Noviembre de 2003, en el estudio de Aníbal Dávalos en Breña grabamos dos temas más: “Little boy blue” (Tonto & the Renegades) y “Nena no hagas eso” (del grupo peruano Los Benfords), contando con Ricardo en guitarra y voz, Diego en teclado Farfisa, bajo y coros y yo en batería.
En Mayo de 2006 la disquera Butterfly Records de Barcelona, España, editó en vinilo de 7” el tema “Lupe vuelve a casa” que grabáramos en 2001, incluido dentro de un recopilatorio denominado: South American Teenage Garage Punk (Vol. II) donde se reseñan otros tres temas de bandas de Argentina (The Tormentos), Uruguay (La Cosa de Venus) y Brasil (Thee Butcher’s Orchestra)
Actualmente vengo trabajando en la edición de varias cintas que tenemos de las sesiones de ensayo de los primeros años del 90 para su difusión.
Algo muy importante es señalar que los miembros fundadores de Tren Fantasma, crearon el fanzine Sótano Beat que viene apareciendo ininterrumpidamente desde el año 2000.
Tren Fantasma en cualquier momento vuelve a encarrilarse para grabar y quizá hacer algunas presentaciones, todo depende de que coincidamos en un mismo lugar y en un mismo tiempo, los maquinistas y los pasajeros que decidan hacer un viaje cuyas estaciones las decidirá cada uno.
Para el ensayo llevé mi batería Roxy alemana de color rojo con escarchado plateado, años después me enteraría que había pertenecido al ‘Loco’ Gadea, primer baterista de los Mad’s, en el parche del bombo aún se podía leer: The 4 Mad’s; yo compré esa batería en una casa situada en Miraflores allá por el año de 1982, cuando tenía dieciocho años gracias a un obsequio que me hizo mi abuela materna. El dato de la venta me lo proporcionó un buen amigo llamado Rafael Flores Estrada, él fue también quien me entregó el primer par de baquetas profesionales que usé, recuerdo que después de haber comprado la batería nos fuimos a celebrar tomando un buen lonche. La batería costó tres mil soles, una suma elevada, era como algo de trescientos dólares, un buen precio por aquella época, donde había muy poco para escoger, con otros buenos amigos formamos la agrupación Unos Patas (1982-1985) con quienes venimos ensayando nuevamente desde el año 2000 hasta la fecha.
Volviendo al Tren, hacia 1991 con Ricardo: Guitarra y voz, ensayamos primero los dos solos, contando con un pequeño amplificador; para el segundo ensayo él quedó en pasarles la voz a dos amigos, así es que conocí a Diego García: Teclado, guitarra y voz (posteriormente integrante de Manganzoides, los Farvox, los Fiats, Sandra y los Covermods, entre otros) y Martín Morales: Guitarra y voz (hoy en Colombia, donde continúa haciendo garage con su banda Los Neuronas). Con ellos empezamos a tocar covers y también desde un inicio a improvisar. Particularmente me gustaba sentir la sencillez, la fluidez y la fuerza en los ensayos. De entre los que recuerdo, hacíamos covers de los Rolling Stones, Stooges, Chuck Berry, Beatles, Electric Prunes, Velvet Underground, entre otros.
Luego conocería a Daniel Del Castillo, excelente compositor, tecladista, baterista, cantante y guitarrista, lamentablemente fallecido por voluntad propia a finales de la década del noventa y también a Arturo Vigil quien a la postre se encargaría de tocar el bajo por puro corazón y ganas de hacer la diversión completa.
De las reuniones-ensayo en casa de Ricardo pasamos a tocar en la casa de Pino Risica en Miraflores en la Av. Benavides, lo hacíamos en la azotea dentro de una especie de galpón con techo de calamina. Hoy en día dicha casa es una agencia del Citybank.
Al poco tiempo Daniel se alejaría por un problema suscitado con Ricardo y pasó a formar su propio proyecto: Atrabiliarios, con Diego y Martín; con ellos dos paralelamente, pero sobretodo con Diego y Arturo, continuamos desarrollando Tren Fantasma junto a Ricardo.
Después comenzamos a acudir a diversas salas de ensayo; transcurría el año de 1992, frecuentábamos “Beto el Locutor” y “Sifuentes” en el distrito de La Victoria y por supuesto íbamos a “Fílderes” al costado de la Universidad Cayetano Heredia en San Martín de Porras, en este último lugar siempre nos sentimos muy cómodos, nos atendían muy bien, cuando tomábamos un descanso nos alcanzaban una jarra de refresco y una bandeja repleta de galletas, realmente una delicadeza que no se ve así nomás en estos tiempos.
Recuerdo que para cuando íbamos a “Fílderes” ya nos hacíamos llamar Tren Fantasma; a mí me divertía el hecho de que cuando llegábamos y nos preguntaran por el nombre del grupo para anotarlo en el recibo, apuntaban Tres Fantasmas, a lo que agregaba ¡pero si somos cuatro! Y luego hacían la corrección. Ninguno de nosotros recuerda exactamente cuando queda definido el nombre de la banda, personalmente barajé dos alternativas: Colectivo Fantasma y Creciente Fértil, pero fueron desestimadas, hasta que Diego García propuso Tren Fantasma como un homenaje a las ferias populares donde había un juego que consistía en subirse a un pequeño vagón descubierto sobre rieles que hacía un recorrido al interior de unas tenebrosas y terroríficas situaciones prefijadas. Todos estuvimos de acuerdo.
Los ensayos por lo general los hacíamos por las noches y donde hubiera fluido eléctrico, pues por esos días se vivía una convulsión terrible en todo el país; recuerdo que a veces salíamos a la Panamericana Norte en San Martín de Porras después de ensayar a eso de la media noche y había muy poco transporte público, no teníamos para taxi, todos juntábamos lo poco que podíamos para cubrir los gastos de la sala y no quedaba para más. Desde la Panamericana íbamos por lo general hasta la Av. Brasil y de allí caminábamos todos juntos, para irnos separando. Ricardo se dirigía a Santa Beatriz, Diego y Arturo a Lince y yo hacia San Isidro. Sentía que éramos como un tren que atravesaba las calles casi desiertas a la una de la mañana de un miércoles cualquiera.
Nosotros siempre grabábamos los ensayos, pues eran covers que interpretábamos libremente y composiciones improvisando, con bases o sin ellas, en donde la verdadera brillantez radicaba en un fluir libremente en conjunto. Nunca llegaríamos a tocar en público, ni lo planteamos como meta en momento alguno. En realidad experimentábamos y ello de por sí nos divertía y nos llenaba. Quizá hacer eso mismo sobre un escenario hubiera sido una experiencia mucho más enriquecedora, pero por lo menos nos quedan las grabaciones que cada uno atesora.
El Tren Fantasma era diversión pura, en donde se mezclaba el salvajismo con la sutileza, la astucia y la libertad de acción; nada de virtuosismos o guiones prefijados, cada quién tenía su espacio ideal en libertad para explotar, dependía de cada uno que tan lejos se quería llegar. Una vez escuché decir a Diego que Tren Fantasma se parecía a unos niños que entraban corriendo a su cuarto de juguetes, creando un gran alboroto, nada más preciso que aquello.
En 1994 tuve que abandonar al grupo por problemas de salud y en mi lugar ingresó Rafael Euribe para tomar la batería, quien además tocaba el bajo, así continuaron hasta 1996. Posteriormente Ricardo se iría a vivir a Berlín, Rafo partiría a los Estados Unidos, Diego pasaba a integrar Manganzoides y Arturo se dedicaría a sus proyectos en torno al periodismo. Posteriormente Diego grabaría en 1999 un casete llamado Tren Fantasma como homenaje a nuestra banda en la que incluía clásicos temas de los sesentas y a su vez tocaba casi todos los instrumentos en dicha producción.
En el verano de 2001 volvimos a juntarnos, contando con el apoyo de Javier Fernández en bajo (integrante del grupo Rabioso), Diego en teclado Farfisa y voz, Ricardo guitarra y voz y quien escribe en batería; grabamos en el estudio Vituchi de Breña: “Lupe vuelve a casa” (Paul Revere & the Raiders, letra en español de los Shain’s) y “Strychnine” (Sonics).
Nuevamente cuando Ricardo vino de Alemania en Noviembre de 2003, en el estudio de Aníbal Dávalos en Breña grabamos dos temas más: “Little boy blue” (Tonto & the Renegades) y “Nena no hagas eso” (del grupo peruano Los Benfords), contando con Ricardo en guitarra y voz, Diego en teclado Farfisa, bajo y coros y yo en batería.
En Mayo de 2006 la disquera Butterfly Records de Barcelona, España, editó en vinilo de 7” el tema “Lupe vuelve a casa” que grabáramos en 2001, incluido dentro de un recopilatorio denominado: South American Teenage Garage Punk (Vol. II) donde se reseñan otros tres temas de bandas de Argentina (The Tormentos), Uruguay (La Cosa de Venus) y Brasil (Thee Butcher’s Orchestra)
Actualmente vengo trabajando en la edición de varias cintas que tenemos de las sesiones de ensayo de los primeros años del 90 para su difusión.
Algo muy importante es señalar que los miembros fundadores de Tren Fantasma, crearon el fanzine Sótano Beat que viene apareciendo ininterrumpidamente desde el año 2000.
Tren Fantasma en cualquier momento vuelve a encarrilarse para grabar y quizá hacer algunas presentaciones, todo depende de que coincidamos en un mismo lugar y en un mismo tiempo, los maquinistas y los pasajeros que decidan hacer un viaje cuyas estaciones las decidirá cada uno.