Consumo, Identidad y Globalización.
El trabajo trata los temas de reinterpretación o resignificación de valores foráneos a un contexto nacional. Hablar de resignificación implica la acción de un agente social (en este caso los jóvenes que vivieron a finales de los años sesentas en el Perú) en su contexto (cultura) dando como resultado la creación de nuevas culturas que son básicamente una nueva forma de la cultura que se ha asumido (cultura con la que el agente ha estado en contacto). Esta nueva forma (híbrida de la cultura inicial) en tanto es aceptada genera adeptos, formando así nuevas identidades que ya no son solamente locales.
Habiendo mencionado lo anterior, considero que es necesario presentar en el marco teórico ,en primer lugar, los conceptos de identidad, cultura y globalización para definirlos o en algunos casos tomar definiciones que me parecen pertinentes. Ya que, estos son temas fundamentales en el trabajo. En segundo lugar, presentare algunas definiciones sobre el rock, algunas ideas respecto de su relación con el aspecto social y contracultural; introduciendo al movimiento hippie dentro de este grupo.
Para entender al sujeto contemporáneo es preciso ubicarlo dentro del nuevo orden: la globalización. En ella, la producción ya no se encuentra organizada en estados territoriales, sino por corporaciones transnacionales que no se encuentran atadas a ninguna cultura en particular. La Real Academia de la lengua la define como “Tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales”.
Según Klaus Bodemer, investigador del Instituto de Estudios Iberoamericanos de Hamburgo. “La globalización no es un fenómeno nuevo, sino la intensificación de las transacciones transversales que hasta ahora se incluían en la llamada internacionalización. Hay acuerdo en que el núcleo globalizador es tecnológico y económico, abarcando las áreas de finanzas, comercio, producción, servicios e información. Un tercer elemento común a las versiones de la globalización consiste en la convicción de que cualquier intento de desacoplarse de este proceso está condenado al fracaso” (Bodemer 1998: 54)
De esta definición quisiera rescatar el primer punto, ya que advierte que la globalización no es un fenómeno reciente; sino que desde que hay contacto entre distintas naciones, se puede hablar de globalización. La globalización seria entonces un proceso que nace de la interacción internacional.
En el caso de esta investigación veremos obviamente los alcances culturales y sociales de la globalización. Sobre el impacto de la globalización se puede decir que
“no solo genera transformaciones cuantitativas en el ámbito de la economía sino también cualitativas en el ámbito de la producción cultural. Lo que se globaliza no es solo el orden económico y político sino también los comportamientos: Los patrones sociales y las prácticas culturales”. (Mariano Vargas)
Si entendemos que lo que se globaliza son los comportamientos y patrones sociales entonces vemos que la identidad se empieza a definir no solo por la pertenencia a un lugar físico, sino también por las influencias externas. Plantea entonces el escritor y periodista Amin Maalouf en “identidades asesinas” la frase “etiquetas planetarias” para denominar el fenómeno de que “las identidades contemporáneas saltan alegremente las fronteras geográficas”.
Plantea Mariano Vargas en este sentido que “Hablar de identidades significa entonces hablar de construcciones culturales que dependen de diversas variables. Concebir las identidades como una línea continua de evolución es un error en la compresión del concepto. Ellas no se mantienen fijas de acuerdo con ejes temporales ni geográficos. La identidad se formula en un laboratorio donde el individuo ensaya diversos modos de ser el mismo. Supone una representación que goza de aceptación social y que por lo tanto tiene poder y consigue estabilizarse. El sujeto construye su identidad a partir de ciertas pertenencias que asume y que se reconfiguran a cada instante. En concreto, la identidad de un individuo depende del medio en el que se desenvuelva, de los intereses que persiga y de las culturas a las cuales crea pertenecer”.
Parece ser un error pensar en el individuo como un ser que configura su identidad de acuerdo con patrones culturales únicamente locales. “En la medida en que la globalización gana terreno arrasa con las culturas locales pero a la vez construye nuevas, por ejemplo las culturas juveniles transnacionales (Huber 108)”. Si afirmamos lo anterior, entonces cabe la posibilidad que un peruano pueda construir su identidad en base al consumo de elementos, comportamientos o modelos extranjeros. Entre estos modelos esta obviamente el rock o el Hippismo y lo que proponen.
Se puede decir que la importancia del consumo radica en que a partir de lo que uno va consumiendo va construyendo su identidad propia. En otras palabras, se puede decir que uno se convierte en lo que consume. El consumo es entonces una medio para crear la propia identidad. No solo hago referencia solamente al consumo de bienes materiales sino, me estoy refiriendo con más ahínco al consumo de tipo cultural. “En este sentido, el consumo funciona como un mecanismo para establecer los significados en relación con los otros y volver visibles los horizontes de la propia identidad (Esteinou y Millan 60)”
Pero el consumo no solo define al individuo sino que “también para la construcción de la igualdad a través de la pertenencia imaginada a grupos sociales” (Huber 28). De esta manera se van formando los grupos de pertenencia a partir de la identidad. Por eso se habla de un espacio disgregado y esto obviamente hace que se pierda un sentido de pertenencia territorial. Es decir, uno no solo es peruano, sino también le puede gustar o interesar asumir elementos oriundos de otros lados. No solo la música, sino la moda, el cine, el arte, los animales, literatura, posiciones políticas y todo lo que uno pueda imaginar.
Ahora, es interesante ver que todo este material que determinado grupo consume y luego lo asume para así ir formando su propia identidad genera mezclas a la hora de producir algo. El solo hecho de hablar de rock peruano, es un híbrido, el rock en español y el rock fusionado también son versiones deformadas influenciadas por la identidad local que es obviamente imprescindible. En este sentido es importante la siguiente afirmación de García Canclini “las culturas desarrollan su capacidad para moldear las importaciones culturales a su contexto y darles un significado diferente. Es decir, se hibridizan: en vez de absorberlas pasivamente, las adecuan a sus intereses locales y producen una nueva cultura”. Esto obviamente se tiene que tener en cuenta esto a la hora de analizar determinado contexto
Otro término que me parece importante definir es el de una cultura des localizada. Se habla de una cultura des localizada cuando “nos referios a que esta promueve sus producciones más allá de sus limites geográficos.”(Mariano Vargas). Se me viene a la mente el ejemplo de la pizza o la hamburguesa con “sabor peruano”. El rock peruano seria una clara muestra de una producción des localizada teniendo en cuenta que obviamente no tiene raíces peruanas.
Algunos conceptos a propósito del rock.
Que el siglo XX sea la época del rock no nos debe causar sorpresa. Incluso este tipo de música es cátedra en universidades de Inglaterra y Estados Unidos, evaluándola como una de las manifestaciones emblemáticas de nuestro tiempo. Parecería fácil tratar de dibujar una definición del rock justamente porque esta presente en nuestra cotidianeidad. Sin embargo, esta no es tarea sencilla; ya que, en innumerables ocasiones escuchamos y usamos la palabra rock para referirnos a muchísimas cosas: desde una canción, un ritmo, un intérprete, hasta una look o una actitud. Usamos la palabra para referirnos desde una balada de rock, hasta una “mujer roquera”.
A continuación haré recuento de algunas definiciones importantes del termino, para luego poder ensayar una definición personal (señalando sus características) del término; que será la definición que se maneje a lo largo del trabajo.
Wlad Godzich, doctorado en Filología Romántica y Literatura de la Universidad de Columbia, reflejando esa complicación de definir acabadamente el concepto, señala:
"Mi hipótesis fundamental hoy es que el éxito mundial del rock tiene sus raíces en el hecho de que el rock es la primera música que puede localizarse en la ruptura de la armonía entre el sujeto del saber y el sujeto de la experiencia...es la música de la época que vive de varios modos el fin de la armonía entre el conocimiento y la experiencia.”[1]
El autor, Licenciado en Política, Filosofía y Economía por la Universidad de Oxford y Doctor en Sociología por la Universidad de Berkeley Simon Frith, dice a propósito del rock que
“Describe algo que posee tanto significado transnacional (es un término usual en las transacciones diarias en un gran abanico de culturas musicales mundiales) como especificidad local (sólo llega a tener sentido al oponerlo a la música tradicional). Más aún, el rock ya no puede ser definido como un estilo musical en sí mismo (aunque todavía se relaciona vagamente con un sonido musical, con la amplificación eléctrica y el ritmo de cuatro por cuatro), ni como una especie de ideología juvenil”[2]
El autor mexicano Adrián Garay dice respecto de la capacidad unificadora de voz juvenil del rock lo siguiente.
"La juventud como objeto social no es un cuerpo uniforme; es preciso reconocer que se trata de una población suficientemente compuesta, tanto en el plano social como en el generacional, lo que sin duda produce la existencia de universos culturales diversos y diferenciados. No obstante, es posible afirmar que el rock, en sus diversas modalidades, se ha convertido en un vehículo de expresión de las vivencias y problemáticas que experimentan los jóvenes urbanos en muchos países del orbe”[3]
El rock sería entonces un espacio donde se reflejan algunos aspectos importantes para comprender la contemporaneidad. Mediante el rock se podría entonces entender aspectos de la sociedad, la juventud, la mujer, la política. “Esto desde él, como música, y hacia él como fenómeno social”[4]
Defino al rock tomando algunos aspectos de las definiciones anteriores. El rock en principio es un genero musical que en un principio tenía una estructura musical definida; pero que al transcurrir del tiempo, esta estructura se ha hecho cada vez menos exacta. Es además un fenómeno social que tiene a la música como plataforma de soporte sobre el cual se sustenta una serie de contenidos. Contenidos que en principio estaban ligados a la juventud pero luego fueron tocando muchos más temas. Abordó lo marginal y durante mucho tiempo este fue su componente fundamental. Finalmente como en el orden social, la defensa de lo marginal ,durante los años sesenta, se vuelve centro, el rock se vuelve parte fundamental de este discurso.
Quisiera señalar una característica del rock respecto a la sociedad. Según César Albornoz en “Rock and Rol Social” defiriéndose al género.
“Por último, es parte íntegra de la sociedad donde se manifiesta, como gestación, recuperación o imitación. Para comprenderlo hay que comprender también, y quizás primero, la evolución de su sustrato histórico social.
Es decir, es importante tener en cuenta el contexto de surgimiento en determinado lugar. El análisis de estas particularidades dará como resultado las características del rock de determinado lugar. En el caso de este trabajo, esto se planteara de ambos sentidos. Es decir, intentar entender parte de la sociedad a partir de la música y entender la música a partir de cierto conocimiento de la sociedad.
Rock y Contracultura
La contracultura, según Félix Rodríguez, en “Lenguaje y contracultura juvenil” 137, tiene como signo definitorio operar a espaldas de la cultura oficial, fuera de sus canales comerciales. Esto es, en el subsuelo, lo que explica el calificativo de underground (subterráneo) como se le conoce también. A esto le agrega Juan Camilo Hernández Gutiérrez que es además “una búsqueda de identidad y una respuesta de grupos excluidos o marginados de la colectividad industrial de la modernidad”[5]
La contracultura ha ido encontrando varios medios de difusión ideológico, no se puede negar su relación en este sentido con el rock. Para las comunidades que reproducen el sonido del rock, este tiene gran “significado cultural”, pues allí se expresan
“Sus inconformismos sociales, problemas personales y demás factores que se involucran en la vida, en especial, los jóvenes saturados de problemas sociales, siendo ellos la viva expresión de los mismos, generalmente de naturaleza urbana, donde las condiciones de vida son desfavorables. Es allí donde el rock se vive en su esencia, es allí donde se gesta en primera instancia la contracultura, la respuesta de la subcultura a la opresión de factores dominantes, que alienan al individuo”[6]
Es en los años 60 en las raíces, donde la juventud y el rock se consolidan como abanderados de la contracultura, según Adrián De Garay (El rock también es cultura)“el rock como una contracultura”, es decir lo que no se dice, es hacer entender que no todos están bien. Desde aquí, la política entra en comunión con la música, pues esta es la principal forma de expresión. La música se percibe no solo como un simple entretenimiento, la juventud la adquiere como forma de expresión de la realidad social y se pone en contra de la cultura dominante.
Fernanda Pivano explica los grupos contraculturales que se hicieron presentes en Estados Unidos en los años 60, que posteriormente fueron adoptados en diversas partes del mundo, donde se destacan lo yippies, los hippies entre algunos otros. La gran mayoría de los integrantes de estos movimientos contraculturales son jóvenes, que intentan realizar algo por un cambio social, no continuar dentro de la rigidez estructura establecida de su contexto.
Se denomina Hippie a un movimiento que nació a finales de los años sesenta en Norteamérica. Los hippies se caracterizaron por ser un grupo antisistema, protestaban contra varios asuntos como la guerra o la represión por ejemplo. En buena cuenta se podría decir que, en su día a día había un afán por tratar de demostrar una rebelión ante la homogeneidad de conceptos que ofrecía, según ellos, el sistema. Apoyaron una filosofía de vida que tenia como pilares, la libertad y el amor.
Sobre el Hippismo, sus características y relaciones con la contracultura, Stuart Hall dice que la contracultura; “asociada principalmente al movimiento hippy de los sesenta por asumir formas explicitas políticas e ideológicas en su oposición a la cultura dominante (acción política, filosofias coherentes, manifiestos, etc), por la elaboración de instituciones alternativas (prensa marginal, comunas, cooperativas, etc), por extenderse más allá de la adolescencia y, finalmente por el oscurecimiento de las distinciones, rigurosamente mantenidas en la subcultura, entre trabajo, hogar, familia, escuela y ocio.” [7]
Entonces, tomando en cuenta todo lo mencionado sobre el rock, la contracultura y el hippismo, se puede decir que en los años sesenta no se puede entender el rock sin juventud; la contracultura sin la juventud; el hippismo sin contracultura; el rock sin la contracultura; y finalmente, el hippismo sin rock.
[1] Godzich, Wlad. Memorias de un no-rockero En Las culturas del rock. Luis Puig y Jenaro Talens, eds. Fundación Bancaja. España. Febrero de 1999. p. 109.
[2] Frith, Simon. La constitución de la música rock como industria transnacional. En Las culturas del rock. Luis Puig y Jenaro Talens, eds. Fundación Bancaja. España. Febrero de 1999. p. 13.
[3] De Garay, Adrián. Entre la radio y el barrio: las mediaciones del rock como práctica cultural urbana. En Música Popular en América Latina. Actas del II Congreso Latinoamericano IASPM. International Association for the Study of Popular Music. Rodrigo Torres, editor. Santiago de Chile. Marzo 1999.
[4] Cesar Albornoz Rock and Rol Social.
[5] Tomado del articulo ¿Se acabo el movimiento cultural? ¿y el rock?
[6] Tomado del articulo ¿Se acabo el movimiento cultural? ¿y el rock?
[7] Tomado de Lenguaje y contracultura juvenil: anamía de una generación p.139